El pasado fin de semana, el campo del Encín se transformó en un auténtico paraíso para los amantes del golf, y no solo por el clima perfecto que hizo que hasta los cactus se sintieran en un spa. Con 60 jugadores dispuestos a desafiar tanto a la naturaleza como a sus propias habilidades, el segundo torneo de golf del orden de mérito prometía ser un evento memorable. Y vaya que lo fue.
Desde el primer hoyo, el ambiente estaba cargado de energía. Los golfistas, armados con palos y una buena dosis de confianza, se lanzaron a la aventura. Pero lo que nadie esperaba era que varios de ellos se pusieran a jugar como si estuvieran en un videojuego, logrando resultados estratosféricos de -10 y -11. ¡Sí, has leído bien! En un día donde el par parecía un mero trámite, algunos jugadores se convirtieron en auténticos superhéroes del golf.
El gran triunfador del día fue Javier López Orcajo, quien se alzó con el título en el apartado stableford masculino con un impresionante -11. Se rumorea que su bola tenía un imán para el hoyo, o tal vez había encontrado un atajo secreto en el campo. “¿Qué puedo decir? Solo seguí el consejo de mi caddie: ‘sigue la bola y no mires atrás’”, bromeó Javichu al recibir su trofeo, mientras los demás jugadores intentaban recordar cómo se hacía un birdie.
En el apartado femenino, María Isabel López se llevó la victoria, demostrando que el golf no es solo un juego de hombres. Con su estilo y precisión, dejó claro que las mujeres también pueden hacer magia en el campo. “Si el golf fuera un deporte olímpico, yo ya tendría un par de medallas”, comentó con una sonrisa, mientras los demás la aplaudían, no solo por su victoria, sino por su sentido del humor.
En la categoría scratch, Luis Gil demostró que tiene tomada la categoría por la mano, ganando una vez más. “Algunos dicen que tengo un pacto con el campo, pero en realidad solo tengo un buen putter y mucha paciencia”, dijo entre risas. Luis, con su habitual modestia, se convirtió en el rey del día, dejando a los demás jugadores preguntándose si había estado practicando en secreto con un maestro zen.
Y cómo olvidar a Isidoro Andrés, quien se llevó la mención especial por su espectacular hoyo en uno en el 16, superando un lago con su madera 7. “Fue un golpe de suerte, pero no se lo digas a mi hijo, él cree que soy un profesional”, bromeó Isidoro, mientras los demás lo vitoreaban como si hubiera ganado la Copa del Mundo.
Al final del día, el torneo no solo dejó huella en las tarjetas de puntuación con 22 jugadores en el par o menos, sino también en los corazones de los participantes. Con un clima perfecto, resultados impresionantes y un buen puñado de risas, el segundo torneo de golf del orden de mérito en el campo del Encín se convirtió en un evento inolvidable.
Así que, golfistas del mundo, ¡preparad vuestros palos y afilad vuestras armas! Porque el próximo torneo en el Santander promete ser aún más divertido, y quién sabe, tal vez alguno de nosotros logre hacer otro hoyo en uno… o al menos un hoyo pero sin paletilla. ¡Hasta la próxima!
