OPEN DE EXTREMADURA

EL CAMPO ESTÁ PARA 40

El campo está perfecto, para hacerle 40 puntos.
Las callles están mullidas, los greenes son de seda, el rough está muy asequible y la maleza que rodea el recorrido bastante recortada para que entre lo menos posible en juego.

Con estos comentarios, o similares,  te recibían los jugadores que habían inspeccionado el recorrido un día antes de que comenzara el torneo y realmente te hacían albergar esperanzas de lograr un buen resultado.

¡¡¡Qué insensatos y qué ilusos!!!

Todo lo bonito que tiene Talayuela, lo tiene de peligroso, y en cualquier hoyo esa naturaleza que tú ves lejos, muy lejos, se aproxima a tu bola más rápido de lo que desearías y tu felicidad inicial se torna rápido en preocupación.

Todos los hoyos de este campo exigen colocar la bola en el lado correcto y en muchos de ellos sólo eres conscientes del peligro cuando te acercas y compruebas, por ejemplo, que una de las grandes encinas o quizá un alcornoque impide que tu tiro a green sea cómodo.

Y a las pruebas me remito, ya que durante los dos días de torneo sólo dos jugadores (Juan Carreras y Arturo de Blas) consiguieron jugar por debajo de su hándicap y esos 40 puntos de los que se hablaba fueron imposibles.

De los lagos, lagunas, arroyos (secos o húmedos), torrenteras y zonas encharcadas ya hablaremos otro día, pero seguro que con las bolas que perdimos en ellos han subido de nivel.

Pese a todo, vale la pena jugar este campo exigente, diseñado por Seve, en un entorno fantástico y con unas vistas espectaculares a la Sierra de Gredos.

Los que mejor lo hicieron en este pedazo de torneo fueron Patxi Herzog, que se llevó las clasificaciones de caballeros y la indistinta; Marisa Galán, la de damas, y Pedro Lobato, la scratch.

Buenas vacaciones de verano a todos y, a la vuelta, recordad que nos espera Cabanillas en el último fin de semana de agosto.

¡¡¡Nos vemos en el campo¡¡¡