Layos pone a cada uno en su sitio, ya que no sólo es un campo largo, sino que tiene unos cuantos hoyos difíciles de gestionar, en los que es muy fácil llevarte un saco de golpes en la tarjeta si pierdes un poco la concentración.
Si, además de eso, dejan crecer ese rought endemoniado cerca de las calles, pues poco más se puede decir, Layos se convierte en un campo de sufrimiento y no de juego, como prueba el hecho de que sólo dos jugadores lograrán estar por debajo de su par en este torneo.
En general resultados pobres, pero hay que reconocerlo, muy sudados por parte de todos los jugadores, que vivieron un "infierno" de calor que exigió litros y litros de agua y, posteriormente, cerveza, para compensar lo perdido a lo largo del recorrido.
"Me he bebido tres litros de agua y ni he meado", confesaba un jugador al terminar la competición en una animada charla con otros jugadores en las duchas. Por cierto, suerte que estamos en verano, porque el agua caliente en Layos parecía racionada como la de una cárcel, pero mejor no hablar más, ya sabéis la frase: "lo que pasa en las duchas, se queda.... "
Los que mejor se adaptaron al campo fueron Marisa Galán, en damas, y Nacho Lomas, en caballeros, que jugaron muy ordenaditos, intentando perder las menos calles posibles y evitando meterse en líos. Ambos lograron 37 puntos stableford y fueron los únicos que lograron vencer al campo.
En la categoría scratch, un habitual de esta clasificación: Fernando Santamaría, que remonta con paso firme y ha encadenado dos triunfos consecutivos. Ojo que viene fuerte y quiere guerra.
Y también reseñar que el equipo ganador en Layos fue Hot Balls, que aventajó en un solo punto a los Prohibido Rendirse. Todo muy reñido.
Los próximos dos torneos los jugaremos en Avila y tras ellos haremos el habitual descanso estival, hasta que volvamos a vernos en septiembre, suponemos que descansados y muy, pero que muy en forma.
¡¡¡Nos vemos en el campo!!!